"Señales del Fin del Mundo"
¿Sabe usted lo que
le depara el futuro? ¿Sabe lo que le depara a su país y al mundo?
No vivimos en una época común y corriente. Nos estamos acercando al fin de una era, al fin de la civilización.
No vivimos en una época común y corriente. Nos estamos acercando al fin de una era, al fin de la civilización.
¿Sabe usted lo que le depara el futuro?
¿Sabe lo que le depara a
su país y al mundo? No vivimos en una época común y corriente. Nos estamos
acercando al fin de una era, al fin de la Civilización.
Nuestra generación, como dijo un célebre estadista, "¡tiene
una cita con el destino!" Se esta fermentando una crisis de proporciones
mundiales que en un futuro ya muy cercano hará estallar la apariencia de
normalidad que aún queda en la civilización occidental.
Los medios informativos nos transmiten trágicos sucesos que se
registran aquí y allá; pero son pocos los que comprenden el rumbo y el
significado de los acontecimientos del mundo. Los alarmantes relatos que oímos
en las noticias no son inconsecuentes; antes bien, ¡presagian los
acontecimientos específicos que en las próximas décadas van a transformar todo
aquello que nos es familiar!
¿Cómo podremos conocer con certeza el futuro? ¿Quién tiene una
visión clara de todo EL PANORAMA PROFÉTICO?
Sólo hay una fuente de información que nos puede revelar el
futuro con certeza. ¿Sabía usted que una cuarta parte de la Biblia es profecía
y que aproximadamente el 90 por ciento de toda la profecía es para "el
tiempo del fin" un tiempo que ya está a las puertas?
Estas predicciones se cumplirán con absoluta certeza. Mucha
gente no se interesa por la profecía bíblica, aunque debería interesarse,
porque los acontecimientos que se avecinan afectarán su vida, la de su familia,
su empleo y su futuro. Hay un Dios en los cielos que inspiró las palabras de la
Biblia; y todas las profecías consignadas en ella tendrán un cumplimiento
seguro. Debemos creer que lo que Dios ha dicho se cumplirá. ES HORA DE
DESPERTAR. Cuando usted termine de leer este folleto podrá entender con
claridad el significado de la actualidad mundial y el final hacia el cual nos
acercan día a día los sucesos.
Prestemos oído a lo que dijo el apóstol Pedro con respecto a las
profecías de la Biblia: "Tenemos también la palabra profética más segura,
a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar
oscuro… entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de
interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad
humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el
Espíritu Santo" (2 Pedro 1:19-21). ¿Por qué preservó Dios estas profecías
para nosotros? Porque el gran Dios está cumpliendo un gran propósito aquí en la
tierra, a escala internacional e individual. Es necesario estudiar las profecías
que Dios inspiró para poder entender su propósito.
¿Puede lo inimaginable ocurrir?
¿Sabe usted cuál será la noticia más importante de nuestra
generación? ¿Cuál es ese gran acontecimiento que va a estremecer al mundo
entero en vida de la mayoría de los que leen esta publicación? La segunda
venida de Jesucristo será el acontecimiento más importante de esta generación.
¡Jesucristo va a regresar!
Que quede bien claro: que el regreso de Jesucristo no va a
ocurrir secretamente en alguna cueva escondida sin que nadie lo sepa.
Jesucristo va a regresar visiblemente a la ciudad de Jerusalén y sus pies se
posarán en la cumbre del Monte de los Olivos. El propósito de su retorno es
instaurar un gobierno divino a escala mundial. ¡La humanidad quedará
estupefacta!
Este acontecimiento se predice específicamente en toda la
Biblia. La segunda venida de Jesucristo se anuncia en cada uno de los
Evangelios, en el libro de los Hechos y en las Epístolas de Pablo, Santiago,
Pedro y Juan. El retorno de Jesucristo es el tema central del Apocalipsis. Si
usted cree que la Biblia es la palabra inspirada de Dios, entonces debe creer
en la segunda venida de Cristo.
Si el Rey de reyes va a regresar pronto a establecer el reino de
Dios en la tierra, ¿no cree usted que es necesario prepararse para tal
acontecimiento? ¿No cree que debe estar informado sobre la manera como este
acontecimiento afectará su profesión, su futuro económico, su seguridad
personal, y todo el mundo que lo rodea?
Podemos saber cuáles son las señales que preceden al retorno de
Jesucristo y estar atentos a su cumplimiento. No debemos seguir ignorando el
significado de los acontecimientos del mundo que nos rodea.
He aquí lo que Jesús ordena a sus verdaderos discípulos:
"Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de
escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo
del Hombre" (Lucas 21:36).
Pronto se desatarán acontecimientos que van a trastornar el
sistema de vida que hemos conocido hasta hoy.
En los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas hay tres relatos
donde Jesucristo les enseña a sus discípulos las cosas a las cuales deben estar
atentos antes de su regreso. "Así también vosotros, cuando veáis que
suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. De cierto os digo,
que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la
tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Lucas 21:31-32).
Jesucristo mencionó una serie de señales que deben cumplirse
antes de su regreso. Es evidente que la profecía de Jesucristo se cumplirá en
el lapso de una generación una vez que empiecen las señales relacionadas con
esta profecía específica. Así que Jesucristo sí va a regresar a la tierra ¡pero
primero deben cumplirse estas señales! Los que proclaman sus propias ideas y
predicciones de que Jesucristo va a regresar "esta noche" son falsos
profetas, pues hacen caso omiso de las palabras de Jesucristo. Las señales que
Jesucristo enumeró tienen que ocurrir primero.
El mundo pronto verá la guerra más devastadora y encarnizada de
la historia humana, formando parte de lo que en terminología bíblica se llama
"la gran tribulación". "Habrá entonces gran tribulación, cual no
la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si
aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por causa de los
escogidos [aquellos que se han arrepentido y obedecen a Dios] aquellos días
serán acortados" (Mateo 24:21-22).
El profeta Daniel se refirió también a este acontecimiento:
"En aquel tiempo se levantará Miguel [un arcángel], el gran príncipe que
está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca
fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu
pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro [de la vida]" (Daniel
12:1). Ese "tiempo de angustia" será la gran tribulación.
Después de describir aquella época terrible de guerra, Dios le
dijo a Daniel: "Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y
selladas hasta el tiempo del fin" (Daniel 12:9). Estas cosas no se
entenderían hasta el tiempo del fin. Actualmente estamos entrando en ese tiempo
del fin, y Dios está revelando lo que antes estaba sellado. "Muchos serán
limpios, y emblanquecidos y purificados [Dios nos está examinando y probando
para ver si estamos dispuestos a obedecer su palabra], los impíos procederán
impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán"
(Daniel 12:10).
Entendamos que nuestros países decadentes y corruptos se
encaminan hacia una gran catástrofe. Además, el estado de endeudamiento y de
crisis económica se agrava día a día. Cuando se rompa la represa habrá pánico
en todo el mundo. La acumulación de la deuda nacional de los Estados Unidos,
país cuya moneda es el medio de intercambio de la economía internacional, puede
producir un derrumbamiento de la economía de esa nación, lo que dará lugar a un
nuevo orden económico y político mundial. Y este no es más que uno de los
problemas que pueden desatar una crisis de proporciones mundiales.
Si usted se considera un seguidor de Jesucristo, debe prestar
especial atención a las instrucciones que Él nos da: "Velad, pues, en todo
tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que
vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre" (Lucas 21:36).
Continúe leyendo y así podrá saber cuáles son aquellas cosas sobre las cuales debe velar.
1. Guerras, violencia y anarquía
Esté atento a las guerras grandes y pequeñas, guerras étnicas,
guerras de toda especie; y a la intensificación de la violencia y la anarquía
en el escenario mundial.
Muchos piensan que las cosas van a mejorar. Muchos gobernantes
hablan de "un nuevo orden mundial" como si se fuera a iniciar una
nueva era de paz. El período que ha sucedido a la "guerra fría" es
sumamente inestable y peligroso. Una de las revistas más prestigiosas del mundo
dice que la nuestra es una época "extraña y de mucha incertidumbre; una
época en que los leones no pacerán juntos con los corderossino que las guerras
continuarán". Lo que "el nuevo orden mundial" está produciendo
es una paz titubeante y un ambiente inestable, donde en vez de mejorar, las
cosas tienden a empeorar.
¿Por qué escasean en nuestra civilización soluciones viables que
produzcan cooperación global y pacífica entre las naciones y los grupos
étnicos? Norman Lear, famoso productor de televisión y activista político de 71
años de edad lo resumió en estas palabras: "En ninguna época de mi vida
había estado nuestra cultura tan desprovista de valores espirituales… La raíz
de nuestros problemas está más allá del alcance de la política".
En el evangelio de Mateo leemos la profecía que Jesucristo les
dijo a sus discípulos con respecto al estado del mundo inmediatamente antes de
su segunda venida. "Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no
os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.
Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino" (Mateo
24:6-7). Si bien es cierto que la guerra ha sido parte de la historia humana a
lo largo de los siglos, la capacidad destructiva de los armamentos de hoy y la
posibilidad de una escalada masiva de los conflictos han creado un estado de
cosas que no tienen paralelo en la historia.
El versículo 22 del capítulo en mención es una aclaración
profética que sólo puede referirse a nuestra época de alta tecnología y de
armas aterradoras de inmensa capacidad destructiva. "Y si aquellos días no
fuesen acortados [los días en que estas armas serán utilizadas], nadie sería
salvo [significaría la extinción del género humano]; mas por causa de los
escogidos [aquellos que se han arrepentido y obedecen a Dios] aquellos días
serán acortados". El mundo de hoy está lleno de guerras y de rumores de
guerras. Hay guerras étnicas no solo en la antigua Yugoslavia, sino en la
antigua Unión Soviética y en muchos lugares del África y del Asia. ¡En estos
momentos hay alrededor de 29 guerras en el mundo!
Sabemos bien que el continente americano no es inmune a los
conflictos raciales. Estas luchas intercomunitarias irán en aumento. Habrá
guerras entre las naciones y guerras civiles a medida que se desintegren
antiguas amalgamas de pueblos. Habrá guerras grandes y pequeñas. Y todas estas
luchas y contiendas redundarán finalmente en la gran guerra que culminará en la
batalla de Armagedón en el valle de Jezreel en la tierra de Israel, y aquél
será el momento del retorno de Cristo.
Muchos pensarán que lo que hemos dicho es alarmista y pesimista
y que no está de acuerdo con la bondad inherente del ser humano. Estas personas
irradian un optimismo ingenuo cuando dicen: "las cosas van a
mejorar". Pues bien, de parte de Dios tengo la misión de decirles que las
cosas NO van a mejorar hasta el retorno de Cristo. Sí, hay buenas noticias, se
acerca un mundo maravilloso, pero la realidad es que la situación se tornará
muy oscura y angustiosa antes del amanecer de esa nueva era de paz que
instaurará Jesucristo a su regreso.
¿Ha observado el lector los brotes inexplicables de violencia,
los disparos al azar, los homicidios y las matanzas? Jesucristo predijo la
desintegración social que precedería a su retorno. "Y por haberse
multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará" (Mateo 24:12). La
violencia, la lujuria, y la perversión que abundan hoy en la televisión, los
videos y las películas están envenenando el espíritu de nuestra sociedad. Los
medios de comunicación han facilitado la "multiplicación de la
maldad".
El apóstol Pablo escribió inspirado por Dios: "También
debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque
habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios,
blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural,
implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de los bueno,
traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,
que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella" (2
Timoteo 3:1-5).
Hoy hay muchos que tienen apariencia de religiosidad, pero no se
someten a la voluntad de Dios. Con respecto a estas personas, la palabra de
Dios nos dice: "A éstos evita" (2 Timoteo 3:5). Dios nos dice que nos
apartemos de aquellos que hablan de religión pero niegan la autoridad de Dios,
porque lo que hacen es engañar y confundir a las personas. Esta sociedad que se
caracteriza por el cinismo, el sarcasmo y la lujuria va rumbo hacia su propia
destrucción. Debemos entender esto y no ir con la corriente del mundo.
Las guerras, la intensificación de la violencia y la maldad son
la primera señal a la cual debemos estar atentos.
2. Sequía y Hambre
Sequía y hambre, falta de lluvia y escasez de alimentos. Estas
cosas vendrán sobre la tierra en gran escala; en proporciones que jamás se habían
visto. Sí, las cosas van a empeorar.
Cuando hay sequías también hay incendios de matorrales e incendios forestales. Y luego, cuando el fuego ha consumido la vegetación, viene el peligro de las inundaciones cuando vuelve la lluvia porque no hay nada en la tierra que retenga el agua. La sequía, el hambre, los incendios y las inundaciones son cosas que suelen estar ligadas entre sí. En Mateo 24:7 Jesús predijo, "Y habrá… hambres". El hambre en grandes sectores del mundo generará competencia y lucha entre los países por la obtención de alimentos. El peligro político y militar aumentará especialmente para los Estados Unidos y los países de la Mancomunidad Británica de Naciones, cuyas tierras han sido el granero del mundo en las últimas décadas.
Los que viven en los países desarrollados del mundo suelen
pensar que estas cosas sólo ocurren en lugares como la India, Bangladesh o el
África. ¿Cómo puede el hambre atacar países como Estados Unidos? ¡Hoy parece
impensable que algún día los supermercados y restaurantes tengan que cerrar sus
puertas porque no hay comida! No obstante el hambre, va a azotar a países tales
como Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Nueva Zelandia, Australia y otros
países desarrollados del mundo. Entendamos lo que Dios dice al respecto, y la
razón por la cual lo dice.
La mayoría de la gente no entiende que el Dios Omnipotente es
quien tiene el dominio sobre el tiempo atmosférico y que a veces utiliza su
poder para castigar a las naciones. El rey Salomón sabía estas cosas. En la
ceremonia de la dedicación del templo de Dios en Jerusalén Salomón reconoció el
poder de Dios, "Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos
pecado contra ti… (1 Reyes 8:35). ¿Puede suceder que Dios castigue a todo un
país por obstinarse en hacer caso omiso de las normas de ética y moral que Dios
ha establecido desde la antigüedad? ¡Más vale que lo creamos! "Pues
conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y
otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del
Dios vivo!" (Hebreos 10:30-31).
El libro del Apocalipsis confirma esta profecía sobre el hambre
que se avecina. "Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente,
que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba
tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres
vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario y seis libras de
cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino"
(Apocalipsis 6:5-6).
(Apocalipsis 6:5-6).
Ahora bien, Dios es misericordioso y paciente con las personas y
los países que se arrepienten de su mal proceder. Salomón también tuvo en
cuenta este punto en su oración, "Si el cielo se cerrare y no lloviere… y
te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado,
cuando los afligieres, tu oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus
siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y
darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad" (1
Reyes 8:35-36).
Tenemos que entender que es Dios quien controla el tiempo
atmosférico. Dios castiga a los pueblos cuando lo juzga necesario. Si las
naciones del mundo buscaran a Dios con un corazón arrepentido, y empezaran a
guardar sus leyes y a seguir su camino, entonces no habría plagas en el mundo.
Nos preguntamos sin embargo ¿cuántos creen que esto va a suceder?
¿Cuántos creen que los países del mundo van a buscar con un
corazón arrepentido al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob? Esta es una
profecía que se cumplirá en un futuro no muy lejano; pero entre tanto el mundo
tendrá que aprender profundas lecciones con respecto a las catastróficas
consecuencias que acarrean todos los sistemas humanos que se oponen a las leyes
de Dios.
3. Terremotos y otras catástrofes naturales
Dios predice en su palabra que los terremotos y otras
catástrofes naturales irán en aumento. Jesucristo advirtió que antes de su
regreso habría "terremotos en diferentes lugares" (Marcos 13:8, Mateo
24:7). El público sabe muy bien que en los últimos años ha aumentado la
frecuencia de los terremotos, a veces en los lugares más inesperados. Esta
tendencia va a continuar porque así lo indica la Biblia. Jesucristo lo predijo
y es, por lo tanto, lo que debemos esperar. Debemos velar y estar atentos al
número y a la magnitud de los terremotos, porque irán en aumento y serán cada
vez más devastadores.
Sabemos que desde la antigüedad ha habido terremotos como lo
menciona Flavio Josefo en sus escritos (Antigüedades de los judíos, libro LX,
cuarta parte). La Biblia también menciona casos específicos de terremotos que
han ocurrido en el pasado y los predice para el futuro (Zacarías 14:4-5).
Los movimientos sísmicos son el resultado de alteraciones y
cambios naturales que ocurren en la corteza terrestre, especialmente a lo largo
de las fallas geológicas. Sin embargo, en el futuro habrá más terremotos en
lugares que no se consideran zonas sísmicas. John Nance, quien escribió
recientemente un libro sobre terremotos dice, "Es peligroso y arrogante
creer que el problema se limita a ciertas regiones en particular. Todos estamos
bajo la amenaza del peligro sísmico. "Un super terremoto puede ser
inminente prácticamente en cualquier lugar de los Estados Unidos," (Los
Angeles Times, 25 de marzo de 1989).
Nance advirtió en el mismo artículo, "El litoral oriental
[de los Estados Unidos] corre mayor peligro que el occidental porque están
pésimamente preparados; sus normas de construcción son mucho menos estrictas
que las de California "la tierra de los terremotos" en la opinión de
muchos. Un terremoto en el medio oeste norteamericano o en algún lugar de la
Nueva Inglaterra, podría ser devastador no sólo porque no están preparados sino
por la arrolladora conmoción que produciría algo tan inesperado".
En los últimos años los científicos han llegado a comprender
mejor la inmensidad de las enormes fallas geológicas que se extienden bajo la
superficie terrestre. Ahora bien, no todos los terremotos del futuro próximo
serán desastres naturales causados por las tensiones y presiones normales de
las placas tectónicas. Algunos serán directamente causados por Dios como señal
de su poder, con el propósito de ayudarle a la gente a despertar. Dios va a
intervenir directamente en los asuntos humanos. Los terremotos que Jesús
mencionó específicamente como presagio de su regreso serán fuera de lo común
por su ubicación y magnitud sin paralelo.
Nota: Mientras se llevaba a cabo la redacción de este folleto,
ocurrió el terremoto más destructivo de este siglo en el sur de California a
unos pocos kilómetros al oeste de nuestras oficinas. ¿Coincidencia? Sea lo que
fuere, no hay duda que Dios está intensificando las señales de su futura
intervención en los asuntos del mundo. Los remezones que vinieron después del
terremoto de 6.6 que sacudió a Los Angeles estuvieron aterrorizando durante
meses a las personas que vivian cerca del epicentro. Unas 56 personas perdieron
la vida, y centenares de casas y edificios fueron destruidos. Grandes secciones
de las autopistas tuvieron que ser cerradas. Las pérdidas del terremoto fueron
calculadas 23.000.000 de dólares.
Alguno dirá sin embargo, pero siempre ha habido terremotos.
¡Desde luego que los ha habido! No obstante, cuando Jesús dijo: "Se
levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y
hambres, y terremotos en diferentes lugares", estaba hablando de la
frecuencia y potencia poco común de los terremotos que habrían de ocurrir. Es
evidente que eso es precisamente lo que ha sucedido en los últimos años.
En Isaías 29:6 dice la palabra de Dios con respecto a Jerusalén:
"Por el Eterno de los Ejércitos serás visitada con truenos, con terremotos
y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego
consumidor". Dios dice, "Yo el Eterno NO CAMBIO" (Malaquías
3:6). Dios castigó a la antigua Jerusalén con terremotos y tempestades. Ahora
está empezando a castigar a ciertas naciones modernas en la misma forma.
Hablando de terremotos, algunos de los periódicos locales
hicieron la pregunta: "¿Por qué la ciudad de Los Ángeles?" La
pregunta debería plantearse más bien así, "¿Por qué NO?
La ciudad de Los Ángeles se considera la Meca mundial de los
medios informativos. No hay un lugar en el mundo donde se produzcan más
espectáculos de violencia, de homicidios, de mutilaciones, de perversión sexual
de toda índole para el cine y la televisión. California ha sido desde hace
tiempo a los ojos del mundo "la pionera" de casi todas las formas de
perversión humana. Por eso, el Dios de los cielos, quien tiene dominio sobre el
destino de los hombres y las naciones tiene todo el derecho de castigar tanta
degeneración y rebelión en contra de sus leyes de parte de una nación que ha
recibido tantas bendiciones. Los habitantes de California y de la mayoría de
las regiones del mundo anglosajón han tenido muchas oportunidades de conocer la
verdad y seguir el camino de Dios.
Tal vez una buen "sacudida" despierte a la gente. Por
eso, apreciados lectores, estén vigilantes, porque el número de terremotos
seguirá aumentando como una de las "señales" de que se acerca el
retorno de Cristo.
4. Enfermedades y Epidemias
Hay une serie de enfermedades contagiosas que ya son causa de
preocupación par los gobiernos del mundo. El SIDA, desde luego, es la que más
se menciona. Sin embargo, se está observando un resurgimiento de antiguos
azotes de la humanidad como la malaria y la tuberculosis que ahora son
resistentes a la penicilina y a los antibióticos que antes se utilizaban para
combatirlas. Entre tanto, otros tipos de dolencias como el cáncer y las
afecciones cardíacas siguen afligiendo a millones de personas mientras los
deshechos de la era tecnológica siguen contaminando el agua y los alimentos que
consumimos.
La Biblia señala que algunas de las futuras epidemias serán
propagadas por animales salvajes (Apocalipsis 6:8). Varias de las peores plagas
de la historia como la peste bubónica, fueron diseminadas por animales. La
peste bubónica es endémica entre los animales silvestres de ciertas regiones.
Las medidas sanitarias modernas son la única razón por la cual algunos de estos
problemas permanecen al margen de la civilización.
La gente sabe muy bien que cuando hay una grave perturbación del
orden social a causa de la guerra o de desastres naturales, siempre surge el
peligro de las epidemias. Estos problemas no son más que pequeños indicios de
las contagiosas y mortíferas pandemias que según la profecía van a devastar
grandes zonas del planeta:"…oí que el cuarto de los seres vivientes decía:
"¡Ven!" Miré, y ví un caballo amarillento, y el que lo montaba se
llamaba muerte. Tras él venía el que representaba al reino de la muerte, y se
les dio poder sobre la cuarta parte del mundo, para matar con guerras, con
hambres, con enfermedades y con las fieras de la tierra" (Apocalipsis
6:7-8 versión Popular).
Uno de los cumplimientos más siniestros de estas señales fue,
sin lugar a dudas, el genocidio ocurrido en Ruanda en 1994 en el cual fueron
brutalmente exterminados hombres, mujeres y niños de la minoría Tutsi. El
número de víctimas se calculó en medio millón.
El caballo "amarillento" además de representar guerras
como lo indica la profecía que acabamos de citar, también es símbolo, por su
color, del color amarillento que adquiere la tez de las personas gravemente
enfermas. Jesucristo advirtió que las "pestes" serían uno de los
presagios de su inminente retorno (Mateo 24:7).
¿Es posible que Dios aflija la tierra con plagas y epidemias
letales? Moisés escribió lo siguiente por inspiración divina, "Acontecerá
que si oyeres atentamente la voz del Eterno tu Dios, para guardar y poner por
obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también el Eterno tu Dios
te exaltará sobre todas las naciones de la tierra" (Deuteronomio 28:1).
Esto es exactamente lo que Dios hizo con el antiguo reino de Israel en la época
del rey David. Porque el rey David buscó a Dios con todo su corazón, Dios
empezó a bendecir y a prosperar extraordinariamente a la nación de Israel.
Mas ¿qué ocurrió cuando "la ira del Eterno se encendió
contra Israel" por la desobediencia de ellos? "Y el Eterno envió
pestes sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y murieron del pueblo
desde Dan hasta Beerseba setenta mil hombres. Y cuando el ángel extendió su
mano sobre Jerusalén para destruirla, el Eterno se arrepintió de aquel mal, y
dijo al ángel que destruía al pueblo: Basta ahora; detén tu mano" (2
Samuel 24:1, 15-16). Hoy, nosotros, no somos mejores que aquellos israelitas de
la antigüedad.
La antigua Israel aceptó tener una relación con el Dios
Omnipotente y prometió vivir de acuerdo con su palabra. Con su boca alababan el
nombre de Dios y se consideraban a sí mismos su pueblo. Sin embargo el gran
Dios del Universo no se deja impresionar con palabras de lealtad y de amor si
no están respaldadas con hechos, con autenticidad y honradez.
"Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que
tiene fe, y no tiene obras?
¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están
desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de
vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas
que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no
tiene obras, es muerta en sí misma… porque como el cuerpo sin espíritu está
muerto, así también la fe sin obras está muerta" (Santiago 2:14-17, 26).
Es necesario demostrar con nuestra conducta que somos fieles a
nuestro compromiso con Dios. Nuestra obligación es esforzarnos, con la ayuda de
Dios, para hacer todo lo que él espera de nosotros en lo que respecta a los
deberes familiares, a la conducta sexual, a la vida profesional y a todos los
demás aspectos de la vida. ¿Por qué razón? Prestemos atención a estas palabras
que Dios inspiró para beneficio nuestro.
"Pero acontecerá si no oyeres la voz del Eterno tu Dios,
para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo
hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán… el Eterno
te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y ardor, con sequía, con
calamidad repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas… El
Eterno te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón
de que no puedas ser curado. El Eterno de herirá con locura, ceguera y turbación
de espíritu" (Deuteronomio 28:15, 22, 27-28). Es evidente que Dios se vale
de las enfermedades y epidemias para castigar a los que no le obedecen.
Dios hará venir todas estas plagas sobre el mundo, a no ser que
nos volvamos a él profundamente arrepentidos y lo busquemos con todo el corazón
y con toda el alma.
Tiempos terribles se acercan. No estamos hablando de pequeños
hechos aislados que ocurren aquí y allá. Se trata de la intervención más
dramática y masiva, suceso tras suceso que Dios haya hecho en la historia de la
tierra. No es ni siquiera comparable con nada de lo que ha ocurrido en el
pasado. ¿Puede el lector entender las enormes consecuencias que estos
acontecimientos van a tener en su vida?
¡Escuche amigo! Dios está tratando de llamarle la atención. Lo
que Dios ha predicho va a suceder. No me crea a mi. Crea lo que está escrito en
su Biblia. Verifíquelo y compruébelo. Así puede llegar a conocer a Dios. Es
necesario conocer a Dios para que él nos proteja del tiempo que se avecina.
Quiero recalcar una vez más que estos acontecimientos no se
limitarán a regiones distantes como el África o el Asia. La EPIDEMIA y la PESTE
van a azotar a Estados Unidos, Gran Bretaña, al Canadá, Nueva Zelandia y
Australia y luego a otras regiones del mundo en proporciones que jamás se
habían visto en la historia humana.
5. El surgimiento de una potencia islámica agresiva y
fundamentalista
La Biblia predice que en el tiempo del fin surgirá en el África
del Norte o en el Medio Oriente un personaje carismático que será capaz de
unificar y dirigir a un poderoso bloque de naciones entre las cuales Egipto
desempeñará un papel fundamental.
"Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él
[con un rey que tendrá su poderío en la región del norte]; y el rey del norte
se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y
muchas naves; y entrará por las tierras e inundará, y pasará… extenderá su mano
contra las tierras, y no escapará el país de Egipto. Y se apoderará de los
tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de
Libia y Etiopía le seguirán" (Daniel 11:40, 42-43).
Este es un buen ejemplo de la razón por la cual es necesario
velar enterándose de lo que dicen las noticias en los periódicos. La lectura de
las noticias va a ser muy interesante si usted entiende la profecía bíblica.
Empezará a entender la razón por la cual los países del medio oriente compran
grandes cantidades de armamentos de los países que los producen como Corea del
Norte, China, Rusia, Europa Oriental y los Estados Unidos.
El resurgimiento del fundamentalismo islámico financiado y
fomentado por Irán, está estremeciendo actualmente el África del Norte y el
Medio Oriente. Los movimientos fundamentalistas están tratando de
desestabilizar a los gobiernos moderados que simpatizan con los intereses del
mundo occidental y están tratando de reemplazarlos por un califato islámico
unificado. La profecía lo llama "el rey del sur". El jefe de estas
naciones musulmanas revigorizadas será un poderoso dirigente político
religioso, un "Mahdi" [el Mesías musulmán] que tendrá en su mano el
poder de una confederación de naciones. Él mismo desencadenará los hechos
predichos en Daniel 11, los cuales deben ocurrir antes del regreso de
Jesucristo a la tierra.
Un artículo publicado en una prestigiosa revista dice lo
siguiente con respecto al potencial de un imperio islámico militante: "…
si llegara a surgir una potencia islámica es indudable que las armas tendrían
prelación sobre la bolsa [los objetivos bélicos serían más importantes que el
mejoramiento de la economía y del nivel de vida internos]. El surgimiento de un
nuevo estado formado por países musulmanes, basado en los principios del islam,
tendría una ideología claramente definida en abierta oposición a la del mundo
occidental. Si la mayoría de su población es árabe, contaría además con la
fuerza unificante de un idioma común, y tendría el poder del petróleo, que
podría negar a sus adversarios o venderlo para comprar armas para combatirlos.
"El belicoso recién llegado se enfrentaría con dos enemigos
ya hechos. El uno sería Europa, cuyas contiendas de antaño con el islam aún
pueden estallar en lugares como Bosnia. Y el otro sería Rusia, cuya frontera
con el islam en el Asia Central aún es borrosa. No sería imposible que una
nueva potencia islámica entrara en conflicto con Europa y Rusia, y en tal caso,
procuraría a la China como aliada, la cual también tiene una rencilla
fronteriza con Rusia" (The Economist, "El nuevo orden mundial",
enero 8, 1994, pág. 23).
¿Cree el lector que los musulmanes no se atreverían a utilizar
las armas que tienen? Más vale que crea que lo van a hacer. Las profecías
bíblicas señalan cuáles serán los resultados. Aquel carismático
"Mahdi" reunirá las fuerzas del islam para lanzarse en una guerra
santa "jihad" contra los infieles corruptos del occidente, cuyos
intereses y sistema de vida representan una amenaza mortal para los sueños del
islam.
Se sentirá con poder para provocar o atacar a la Unión Europea
(Daniel 11:40). Entonces se encenderá la ira del "rey del norte" (el
jefe de la Unión Europea) quien descenderá como una tempestad y aplastará a los
ejércitos del rey del sur. El rey del norte invadirá y se apoderará de casi
todos los países del Oriente Medio; la tierra santa caerá en sus manos (versículos
41-42). Los ejércitos del rey del norte se apoderarán de las grandes reservas
petrolíferas de la región (versículo 43).
El mundo se quedará atónito ante estos sucesos que van pronto a
ocurrir. El "rey del norte" un futuro dirigente europeo poderoso y dinámico
como Napoleón o como Hitler, contra-atacará con gran poder; será una represalia
tipo "blitzkrieg". Esta dramática reacción militar en contra del rey
del sur desatará toda una serie de acontecimientos.
"Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el
santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la
abominación desoladora" (Daniel 11:31).
Cuando esta era toque a su fin habrá en Jerusalén un templo, o
un altar especial donde los sacerdotes descendientes de Aarón volverán a
ofrecer sacrificios diarios tal como fueron prescritos en el Antiguo Testamento
hasta que una gran potencia militar venga y ponga en lugar de los sacrificios
lo que la Biblia llama la abominación desoladora.
El relato continúa en el capítulo 12 de Daniel. "En aquel
tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de
tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta
entonces". Este versículo se refiere a los descendientes actuales de las doce
tribus de Israel, los cuales, además de los judíos, comprenden los pueblos
anglosajones y muchos de los países del noroeste europeo. Entonces, después de
que este gran líder musulmán "el rey del sur" provoque la guerra, y
el rey europeo del norte conquiste la mayor parte del Medio Oriente, se volverá
hacia occidente para atacar a los países anglosajones. Este será el principio
de la gran tribulación. Serán aquellos días que Jesús señaló en Mateo 24:21,
"Habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio
del mundo hasta ahora, NI LA HABRÁ". Tenemos que entender el rumbo de los
acontecimientos, y en qué forma va a afectar nuestra vida, nuestra familia,
nuestros hijos, nuestro trabajo, y nuestro futuro.
6. La Unión Europea alcanzará predominio mundial
El primero de noviembre de 1993, discretamente, dejó de existir
la Comunidad Europea (CEE), para dar lugar a la Unión Europea. La ciudadanía de
la unión quedó oficialmente establecida gracias a la ratificación del tratado
de Maastricht. Si bien es cierto que la Unión Europea, desde el punto de vista
político, no reúne todavía las características de una sólida federación, en el
sector comercial ha alcanzado un alto grado de unidad y cooperación. El primero
de enero de 1994 entró en vigor en Europa la zona de libre comercio más grande
del mundo. La Zona Económica Europea, es un paraíso del intercambio comercial
libre que cuenta con 372 millones de consumidores y un producto interno bruto
de 6.6 billones de dólares anuales. La meta de la Unión Europea es tener una
moneda y una política exterior comunes para fines del actual decenio.
Europa sufre actualmente los efectos de una recesión económica y
de la inseguridad ante el futuro. El promedio de desempleo en la Unión es de un
10 por ciento aproximadamente, aunque en países como España ha alcanzado
índices alarmantes. Europa aún espera cierta dirección política y militar de
los Estados Unidos. Sin embargo, cabe preguntarse ¿Por cuánto tiempo se
prolongará esta situación? Uno de los acontecimientos claves al cual debemos
estar atentos antes del retorno de Cristo es la transformación de Europa en una
gran potencia política, económica y militar, cuyo surgimiento a manera de una
restauración del Sacro Imperio Romano Germánico, asombrará, estremecerá y
dominará el ámbito político mundial.
El capítulo 13 de Apocalipsis describe el resurgimiento de una
gran potencia militar. El apóstol Juan se vale de la figura simbólica de una
bestia imponente con siete cabezas y diez cuernos que surge del mar para
describir un sistema político que ha influido profundamente en la civilización
occidental, y por medio de ésta última en todo el mundo.
Las siete cabezas representan siete restauraciones de este
imperio a lo largo de la historia. Los diez cuernos representan diez dirigentes
(reyes) de los países que constituyen esta federación cuyo primer objetivo será
el de pelear contra los santos de Dios. "Y se le permitió hacer guerra
contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu,
pueblo, lengua y nación" (Apocalipsis 13:7). Estos diez dirigentes
pelearán también contra Jesucristo cuando regrese.
"Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún
no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes
juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su
poder y su autoridad a la bestia. Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los
vencerá porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él
son llamados, y elegidos y fieles" (Apocalipsis 17:12-14).
La séptima restauración del Imperio Romano surgirá de la Unión
Europea. Diez naciones o grupos de naciones estarán representadas en estos diez
reyes o dirigentes. Tal como lo indica la profecía del Apocalipsis, estos diez
gobernantes "por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la
bestia" (Apocalipsis 17:12). Esto significa que van a reinar por muy poco
tiempo con el futuro "Hitler" que surgirá en Europa.
Por asombroso que parezca, la Biblia señala el surgimiento de un
imperio que está a punto de aparecer en la escena mundial. No se trata de un
hecho ocurrido en el pasado sino de la séptima restauración del Imperio Romano,
un sistema político, religioso y militar cuyas pasadas seis restauraciones han
dejado una huella indeleble en la historia de Europa y del mundo.
Actualmente estamos viviendo en un período inestable de
transición histórica. Hoy se habla mucho del nuevo orden mundial. Sin embargo,
ese nuevo orden mundial no será lo que muchos hubieran querido o deseado
después de la caída del comunismo o de la derrota de Saddam Hussein. Lo que se
suele llamar orden en el ámbito internacional suele ser el resultado de la
interacción de cuatro o cinco potencias que logran cierto equilibrio basado en
alianzas y enemistades. Es la eterna lucha por el poder que a veces se
estabiliza por cierto tiempo sin que falten nunca las tensiones. El nuevo orden
mundial no es lo que los hombres quisieran o no quisieran que sucediera. Es
simplemente el siguiente capítulo en la marcha inexorable de la historia.
Una de las principales características del nuevo orden que
presidirá la confederación europea que la Biblia llama "Babilonia la
Grande" será el gran atractivo que ejercerá sobre el mundo su riqueza y
prosperidad económica. Los bienes materiales abundarán para todos aquellos que
cooperen y se sometan a esa futura "Babilonia". La Biblia nos dice lo
siguiente al respecto: "Pues todas las naciones se emborracharon con el
vino de su pasión inmoral; los reyes del mundo cometieron con ella inmoralidades
sexuales, y los comerciantes del mundo se hicieron ricos con su exagerado
derroche" (Apocalipsis 18:3, Versión Popular).
La humanidad será seducida por el antiguo becerro de oro del
materialismo y el placer. En Apocalipsis 18:12-13 aparece una lista parcial de
los artículos que serán objeto de comercio en "Babilonia". Al final
del versículo 13 dice "…almas de hombres". Según el significado del
texto original griego no se refiere únicamente a seres humanos vivos que son
vendidos como esclavos, sino al comercio de cadáveres humanos.
Durante el régimen hitleriano del Tercer Reich se vendían
cadáveres humanos. A las víctimas de las cámaras de gas les sacaban las calzas
de oro para hacer lingotes. Con la piel hacían pantallas y el cabello lo
utilizaban para rellenar cojines y hacer telas. ¿Es posible que esto vuelva a
ocurrir? Tal vez el lector no esté familiarizado con las atrocidades que se
cometieron durante la segunda guerra mundial. No obstante, esto fue exactamente
lo que ocurrió en Alemania, una de las naciones más cultas del mundo.
Proporcionalmente era el país que contaba con el mayor número de personas con
títulos doctorales.
¡No pensemos que esto no puede ocurrir otra vez! Dios dice que
estas cosas van a suceder. Será la restauración de un imperio malvado semejante
al Imperio Romano. Será un sistema que detestará la palabra de Dios y al pueblo
de Dios.
Estemos atentos a la formidable potencia económica que está
surgiendo en Europa. Estemos alerta para ver si logran reducir los gastos
sociales que ahora disminuyen su capacidad competitiva frente a los asiáticos y
los norteamericanos. Debemos prestar atención al incremento de sus presupuestos
militares. ¿Crearán los europeos un ejército unificado diferente de la OTAN, y
fuera del control de los Estados Unidos? ¿Empezarán a gastar un dos o tres por
ciento adicional de su producto interno bruto para mejorar dramáticamente sus
fuerzas armadas con la eficiencia de satélites computarizados, la tecnología
del bombardero "stealth" y armas "inteligentes"?
Creará la Unión Europea una moneda común que será un atractivo
substituto para el decadente dólar norteamericano? ¿Surgirá la Unión Europea
como fuerza dominante en la firma de tratados comerciales?
Es necesario que entendamos el significado del momento crucial
en que nos ha tocado vivir. En efecto, estamos presenciando el surgimiento de
un nuevo orden mundial. ¿Se transformará la actual Unión Europea en
"Babilonia la Grande"? ¡Velemos! Estas profecías bíblicas se
cumplirán antes del retorno de Cristo.
Aún falta un elemento esencial para completar el cuadro
profético de "Babilonia la Grande". Todos los grandes imperios del
pasado han sido dirigidos por hombres carismáticos como Adolfo Hitler, Napoleón
Bonaparte, Carlo Magno, Justiniano, Julio César, Alejandro Magno y
Nabucodonosor.
La Biblia nos da varios datos referentes al "gran dirigente
que asumirá el mando político y militar de "Babilonia la Grande".
Tengamos en cuenta el tiempo al cual se refiere la siguiente profecía,
"También serán perseguidos algunos de los que instruían al pueblo, para
que, puestos a prueba, sean purificados y perfeccionados, hasta que llegue el
momento final que ya ha sido señalado" (Daniel 11:35, Versión Popular). El
contexto de esta profecía es "el tiempo del fin". Es importante
señalar aquí que muchas profecías tienen un cumplimiento dual. Esto significa
que hubo un primer cumplimiento de esta profecía en la antigüedad y que aún
habrá un cumplimiento futuro de la misma escritura.
El capítulo 11 de Daniel habla de un poderoso gobernante que aún
debe aparecer en la escena mundial. Este "rey", que va a Surgir en
Europa, "hará todo lo que se le antoje. Será tal su orgullo que se creerá
superior a todos los dioses, y dirá terribles ofensas contra el verdadero
Dios…" (Daniel 11:36 Versión Popular).
Hay quienes suponen que la Escritura está hablando aquí del gran
falso profeta del tiempo del fin, quien será contemporáneo del caudillo
político-militar. La Biblia habla de dos personajes diferentes. El versículo 36
se refiere al gobernante político-militar, a un futuro dictador que será
persuasivo, adulador, astuto, egocéntrico y cruel. Este caudillo se exaltará a
sí mismo sobre toda entidad religiosa. Estará "lleno de sí mismo".
"Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre
todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará
hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá" (Daniel
11:36).
Dios se vale de caudillos perversos como el futuro "rey del
norte" para castigar la hipocresía de naciones como los Estados Unidos que
dicen creer en Dios e imprimen su nombre en su dinero pero no le obedecen. El
futuro "Hitler" que menciona la profecía consumará la ira de Dios
especialmente sobre los pueblos anglosajones porque han rechazado los
principios de Dios y se han pervertido moralmente.
"Tú, hijo de hombre, así ha dicho el Eterno el Señor a la
tierra de Israel [los descendientes de las doce tribus de Israel habitan hoy en
la mayoría de los países del noroeste europeo y en las naciones de habla
inglesa]: El fin, el fin viene sobre los cuatro extremos de la tierra. Ahora
será el fin sobre ti, y enviaré sobre ti mi furor, y te juzgaré según tus
caminos; y pondré sobre ti todas tus abominaciones. Y mi ojo no te perdonará,
ni tendré misericordia; antes pondré sobre ti tus caminos, y en medio de ti
estarán tus abominaciones; y sabréis que yo soy el Eterno.
"Así ha dicho el Eterno el Señor: Un mal, he aquí que viene
un mal. Viene el fin, el fin viene; se ha despertado contra ti; he aquí que
viene. La mañana viene para ti, o morador de la tierra; el tiempo viene,
cercano está el día; el día de tumulto, y no de alegría, sobre los montes.
Ahora pronto derramaré mi ira sobre ti, y cumpliré en ti mi furor, y te juzgaré
según tus caminos; y pondré sobre ti tus abominaciones. Y mi ojo no te
perdonará, ni tendré misericordia; según tus caminos pondré sobre ti, y en
medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que yo el Eterno soy el que
castiga" (Ezequiel 7:2-9).
El futuro rey del norte, "…del Dios de sus padres no hará
caso, ni del amor de las mujeres; ni respetará a dios alguno, porque sobre todo
se engrandecerá" (Daniel 11:37). Este perverso dirigente político va a
cooperar con un sistema religioso durante cierto tiempo, aunque personalmente
no se siente atraído hacia las enseñanzas de dicha iglesia, se vale de ésta
última para acumular poder. Se cree superior, en su inmenso orgullo se
considera a sí mismo un dios.
"Mas honrará en su lugar al dios de las fortalezas" o
como dice en otras versiones, el dios de las municiones; "Dios que sus
padres no conocieron, lo honrará con oro y plata, con piedras preciosas y con
cosas de gran precio" (Daniel 11:38). Dedicará inmensos recursos
internacionales al montaje de su maquinaria bélica. Será un dirigente cuyo dios
será el poderío militar. "Con un dios ajeno se hará de las fortalezas más
inexpugnables, y colmará de honores a los que le reconozcan, y por precio
repartirá la tierra" (Daniel 11:39).
Este será el asombroso poder de aquel "Hitler"
venidero, a quien, por corto tiempo, diez futuros dirigentes europeos
entregarán el poder poco antes del retorno de Cristo. Por otra parte, tal como
lo indica el versículo 40, esta futura potencia europea luchará contra la
potencia islámica del sur.
7. Un gran personaje carismático suscita un despertar del fervor
religioso.
Una de las principales "señales del tiempo del fin"
será la aparición en la escena mundial de un gran dirigente religioso, que la
Biblia llama "el falso profeta" (Apocalipsis 19:19-21). Este jefe
religioso estará dotado de gran carisma, y ejercerá enorme influencia en la
"bestia" (Apocalipsis 13, 17, 19) la gigantesca potencia política que
está a punto de surgir en Europa. El falso profeta será aquel personaje
religioso que, según la profecía, al final de los tiempos, surgiría como jefe
de una gran iglesia.
El gran carisma personal de este futuro líder sumado a los
grandes prodigios que le será permitido obrar, tendrán un efecto determinante
en la suerte de muchos países del mundo.
La Biblia señala además que el falso profeta cabalgará sobre la
"bestia" (la restauración de un sistema de gobierno cuyas
características serán semejantes al Sacro Imperio Romano Germánico, el cual,
como su nombre lo indica, era una combinación de iglesia y estado).
El capítulo 47 de Isaías nos dice lo siguiente acerca del
sistema religioso que dirigirá el falso profeta: "Desciende y siéntate en
el polvo o virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra sin trono hija de
los caldeos; porque nunca más te llamarán tierna y delicada" (versículo
1).
¿Quién es esta "señora" que se menciona en el capítulo
47 de Isaías? La palabra de Dios nos da una clara respuesta, "Siéntate,
calla, y entra en tinieblas hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán
señora de reinos" (versículo 5). A esta mujer se le llama "señora de
reinos" porque ha fornicado mezclándose en la política de este mundo de
manera que ejerce dominio sobre diferentes reinos y gobiernos.
Dios dice además en esta importante profecía para el tiempo del
fin, "Me enojé contra mi pueblo" (Isaías 47:6). ¿Quién es el pueblo
de Dios? Hay dos maneras de entender adecuadamente esta escritura: en sentido
espiritual se refiere a la Iglesia de Dios, "al Israel de Dios"
(Gálatas 6:16). En el sentido físico literal se refiere a los descendientes de
las doce tribus de Israel como dice en Amós 3:2: "A vosotros solamente he
conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas
vuestras maldades".
Por eso Dios dice "me enojé contra mi pueblo, profané mi
heredad, y los entregué en tu mano [en manos del sistema babilónico]; no les
tuviste compasión; sobre el anciano agravaste mucho tu yugo" (Isaías
47:6).
Fíjese el amigo lector en la palabra "yugo" del
versículo 46 que acabamos de citar. Se trata de un yugo de esclavitud que la
hija de la antigua Babilonia pondrá sobre los descendientes contemporáneos de
las doce tribus de Israel acerca de los cuales existen pruebas fehacientes de
que son, además de los judíos, (quiénes representan solamente a una de las doce
tribus de Israel) los pueblos anglosajones y los países del noroeste europeo.
Dios habla entonces de una "mujer" (Isaías 47:8,
Apocalipsis 17:3) que pone un "yugo" sobre los descendientes modernos
de las tribus de Israel. "Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que
estás sentada confiadamente, tú que dices en tu corazón: yo soy, y fuera de mí
no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad. Estas dos cosas te vendrán
de repente en un sólo día, orfandad y viudez; en todas sus fuerzas vendrán
sobre ti …" (Isaías 47:8-9).
¡Esta es la sentencia de Dios! ¿En dónde hallamos una
explicación de esto en la Biblia? ¿Cómo podemos saber que ésta es un profecía
para el tiempo del fin?
Veamos lo que dice el libro del Apocalipsis con respecto a este
mismo sistema: "Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de
su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los
mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites"
(Apocalipsis 18:3). ¿Cuál es el nombre de este gran sistema? El versículo 2 lo
explica, "Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación
de demonios y guarida de todo espíritu inmundo…" La Babilonia moderna que
se está formando actualmente será un sistema sumamente rico y refinado que
dominará la mayor parte de Europa. Sin embargo, estará bajo la poderosa
influencia de Satanás.
Esto es lo que Dios nos advierte al respecto: "Salid de
ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, y recibáis parte
de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha
acordado de sus maldades" (Apocalipsis 18:3-5). Esta amonestación se
aplica en el sentido físico y en el sentido espiritual, para que se aparten del
sistema babilónico los que son del pueblo de Dios.
Veamos ahora el versículo 7, "Cuanto ella se ha glorificado
y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llantos; porque dice en su
corazón: yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto"
¿Recuerda el lector éstas palabras? Esta es un cita directa de Isaías 47. La
babilonia moderna dirá estas palabras.
Continuemos leyendo en Apocalipsis 18:8: "Por lo cual en un
sólo día vendrán sus plagas [tal como se indica en Isaías 47:9], muerte, llanto
y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la
juzga".
Pero antes de que se cumpla esta sentencia, Dios se valdrá de
este sistema Babilónico para castigar la desobediencia de los descendientes de
la antigua Israel. Los países que más bendiciones materiales han recibido son
los que más se han corrompido moralmente.
Un gran dirigente religioso
El mundo presenciará, en nuestra época, el surgimiento de un
gran jefe religioso que engañará no sólo a unos cuantos centenares de personas,
como lo hizo David Koresh, sino a cientos de millones. Según lo indica la
profecía, muchos millones de personas serán engañadas antes del retorno de
Jesucristo.
El apóstol Pablo nos advierte en una de sus cartas: "Pero
con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con Él,
os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de
pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si
fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os
engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y
se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición" (2 Tesalonicenses
2:1-3).
Dios nos advierte claramente por medio del apóstol Pablo acerca
del surgimiento de un gran jefe religioso antes del regreso de Jesucristo a la
tierra. ¿Cuál será la actitud y la manera de actuar de ese futuro falso
profeta? "El cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o
es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios, como Dios,
haciéndose pasar por Dios" (2 Tesalonicenses 2:4).
Será un hombre dotado de un PODER sobrenatural para engañar; con
este fin realizará grandes prodigios; hará descender fuego del cielo a la
tierra (Apocalipsis 13:13-14). ¿Se dejará engañar el lector? ¿No cree usted que
es hora de empezar a estudiar la Biblia a fondo, para poder entender lo que el
futuro nos depara? "Y engaña a los moradores de la tierra con las señales
que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los
moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de
espada, y vivió…" (Apocalipsis 13:14).
Este futuro dirigente religioso tendrá enorme influencia en el
mundo. Que no haya duda de ello. Debemos estar vigilantes para que no seamos
víctimas del engaño de ese futuro "falso profeta" o de cualquier ser
humano. "Mirad que nadie os engañe" (Mateo 24:4).
¡Mantengámonos alerta! Estemos atentos a la futura aparición de
un gran dirigente religioso, quien, aunque dotado de gran carisma, será un
"falso profeta". Este, va a engañar a cientos de millones de personas
haciéndoles creer, al igual que Simon el Mago (Hechos 8:9-11), que es un gran
siervo de Dios.
Si usted conoce la palabra de Dios y la obedece, no estará entre
los múltiples millones de personas que serán engañadas por el "falso
profeta".
8. El Evangelio del Reino de Dios será predicado a todas las
naciones
El conocimiento del panorama profético que Jesús presentó en el
Monte de los Olivos es esencial para entender el futuro. Según está consignado
en Mateo 24:3, estando Jesús en el Monte de los Olivos los discípulos le
preguntaron, "Dinos, ¿Cuándo serán estas cosas, y que señal habrá de tu
venida, y del fin del siglo?" Tal como lo hemos explicado en este folleto
Jesús les advirtió acerca de los falsos profetas, de guerras y rumores de
guerras que culminarían en guerra mundial; también habló de hambres, de pestes
y terremotos, después de lo cual dijo, "Y todo esto será principio de
dolores" (Mateo 24:8).
"Entonces os entregarán a tribulación" (Versículo 9).
La tribulación afectará tanto a la Iglesia como a la nación de Israel. "Y
os matarán, y seréis aborrecidos de todas la gentes por causa de mi
nombre". Este versículo es muy significativo porque muestra que la
verdadera Iglesia de Dios y su Obra serán conocidas de todas las naciones. La
gente no aborrece lo que no conoce. Van a odiar la verdadera Obra de Dios
porque detestarán su mensaje.
"Más el que persevere hasta el FIN, éste será salvo"
(Mateo 24:13). ¿El fin de qué? Sin lugar a dudas, el fin de la existencia
terrenal de cada persona, pero se aplica también a aquéllos que estén vivos
cuando legue el fin de esta era. Jesús se refirió en esta frase al final de los
6000 años de experiencia humana y de pecado bajo la influencia de Satanás el
diablo, una era a la cual pondrá fin la segunda venida de Jesucristo como Rey
de Reyes y Señor de Señores.
En el versículo 14 Jesús menciona otra señal que debe ocurrir
antes de su segunda venida, es una señal que se está cumpliendo en estos
momentos, ante sus ojos, apreciado lector. "Y será predicado este
evangelio del reino". La palabra evangelio significa buenas noticias. Se
trata de las buenas noticias del reino venidero de Dios, un gobierno que regirá
al mundo entero basado en las leyes de Dios. Estas buenas noticias serán
predicadas "en todo el mundo, para TESTIMONIO a todas las naciones…"
El evangelio es una buena noticia, pero contiene una advertencia. Todas las
naciones del mundo, lo oirán, no sólo unas pocas, mas será para
"testimonio", no para convertir al mundo, sino como testimonio del
plan que Dios va a llevar a cabo en la tierra.
9. Cuando la fe vuelve a ser un asunto de vida o muerte
Debemos estar vigilantes porque se acerca una persecución de los
verdaderos cristianos, los que constituyen la Iglesia que guarda los
mandamientos de Dios (Apocalipsis 12:17, 14:12). Jesús dijo, "entonces os
entregarán a tribulación, y os matarán…" (Mateo 24:9). Jesucristo se
dirige aquí a sus discípulos. El apóstol Juan nos dio la clave para saber quién
es un auténtico cristiano. "El que dice: yo le conozco, y no guarda sus
mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él" (I Juan
2:4).
Los cristianos que guardan los mandamientos tal como Dios mismo
los enunció en Éxodo 20:1-17 y en Deuteronomio 5:6-21 serán perseguidos.
"Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos
de todas las gentes por causa de mi nombre" (Mateo 24:9). Jesucristo sabía
que el mundo estaría lleno de confusión religiosa en el tiempo del fin. "Y
muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos" (Mateo 24:11).
Al parecer eran pocos los que iban a entender; únicamente aquellos que fuesen
llamados por Dios. El versículo 12 señala el resultado de la confusión y la
ceguera espirituales: "Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de
muchos se enfriará". En el tiempo del fin habrá entonces caos e iniquidad.
La Biblia nos muestra que la raíz de estas cosas se encuentra en las falsas
enseñanzas y en la confusión religiosa emanada de una Babilonia de religiones y
denominaciones.
El pueblo de Dios será perseguido en el tiempo del fin, tal como
lo fue al principio del cristianismo. Jesús les dijo a los discípulos algo que
indudablemente se aplica a sus discípulos de hoy: "Si el mundo os
aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del
mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os
elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece" (Juan 15:18-19).
El mundo que nos rodea se va a tornar cada vez más hostil para
con el pueblo de Dios y las normas morales por las cuales rigen sus vidas. Las
élites del mundo de la política, de los negocios, de los medios informativos,
culturales y religiosos se van a sentir condenadas por la verdadera Iglesia de
Dios, aquella que no compromete ni la palabra ni la ley de Dios. El mundo se
sentirá culpable ante la predicación de la Iglesia. Como está escrito:
"Todo aquél que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para
que sus obras no sean reprendidas".
¿Qué hará usted en su caso personal? Si la palabra de Dios le
revela alguna verdad que le cause inconveniente, o que sea embarazosa, o que
tenga un costo personal o económico ¿Cuál será su reacción? ¿Rechazará la
verdad de Dios porque afecta su vida personal? El Dios creador tiene el derecho
de decirle a todo ser humano lo que es correcto o erróneo aún en los aspectos
más sensibles de la vida. Hay personas que reaccionan con odio ante la más
mínima indicación de que alguien quiera imponerles sus principios morales. Todo
el que está en la oscuridad se encandila cuando se ve de repente ante la luz,
no le gusta el efecto de su brillo. Lo mismo ocurre con la luz de la Verdad.
Jesucristo dijo: "Acordaos de la palabra que yo os he dicho: el siervo no
es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os
perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra"
(Juan 15:20). ¿Guardaron la palabra de Jesucristo las autoridades políticas y
religiosas de su época? No la guardaron sino que lo crucificaron. Jesucristo
agregó lo siguiente, "Mas todo esto os harán por causa de mi nombre,
porque no conocen al que me ha enviado" (Juan 15:21).
10. La crisis se abate sobre Jerusalén
¡Velemos! La nación moderna de Israel poblada por los
descendientes de la tribu de Judá (a la cual se unieron remanentes
considerables de la tribus de Leví y Benjamín) sufrirá graves pérdidas
militares a raíz de las cuales su territorio estará en parte ocupado por tropas
enemigas justamente antes de la segunda venida de Cristo. ¡Es sumamente
importante entender esto! Muchas personas que estudian la profecía bíblica
dijeron que en 1948 se cumplió el retorno de las tribus a la Tierra Santa y el
establecimiento final de la nación de Israel. ¡Este concepto es erróneo! Aquel
no fue más que un acontecimiento precursor del futuro y gigantesco retorno del
remanente de TODAS LAS DOCE TRIBUS de Israel. Entre tanto, el pueblo judío que
habita hoy, bajo intensa presión, en Israel será atacado y derrotado una vez
más. Estas son cosas difíciles de decir, pero la Biblia lo indica en forma
sumamente clara.
"He aquí el día del Eterno viene, y en medio de ti serán
repartidos tus despojos. Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir
contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y
violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto
del pueblo no será cortado de la ciudad" (Zacarías 14:1-2).
"Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en
que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las
naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio
con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas
esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra; y echaron suertes
sobre mi pueblo, y dieron los niños por una ramera, y vendieron las niñas por
vino para beber" (Joel 3:1-3).
"Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos,
sabed entonces que su destrucción ha llegado" (Lucas 21:20). Jerusalén ha
estado, en parte, rodeada de ejércitos en los últimos años. Sin embargo, se
acerca el tiempo en que veremos a Jerusalén totalmente rodeada por sus
enemigos. Veamos lo que dice esta profecía: "Entonces los que estén en
Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella váyanse; y los que estén
en los campos, no entren en ella. Porque estos son días de retribución, para
que se cumplan todas las cosas que están escritas" (Lucas 21:21-22).
Las profecías señalan claramente que en el futuro, Jerusalén, la
capital de la nación de Israel, caerá en manos de sus enemigos, hasta que
Jesucristo regrese y pelee contra las naciones agresoras (Zacarías 14:3).
Volverá a caer una vez más la ciudad de los profetas, de los reyes y del Mesías
y sufrirá terrible castigo. A este gran acontecimiento profético del tiempo del
fin se sumará otro gran agravio.
11. La abominación Desoladora
Cuando la ciudad de Jerusalén sea tomada, la potencia extranjera
que la ocupará dará inicio a lo que la Biblia llama "la abominación
desoladora". Para entender de qué se trata veamos primero lo que dice
Jesucristo según está consignado en Mateo 24:15-20: "Por tanto, cuando
veáis en el lugar santo la abominación desoladora [una repugnante
contaminación] de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces
los que estén en Judea [lo que es hoy la nación de Israel] huyan a los montes".
Dios le advierte al pueblo de Judea que huya a los montes cuando ocurra la
terrible abominación desoladora.
La profecía señala que Jerusalén será otra vez rodeada de
ejércitos (Zacarías 12:2 y que pondrán un ídolo en el lugar santo. Jesús les
dice a aquellos que son fieles que escapen de inmediato cuando ocurra esta
profanación. "El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su
casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa"
(Mateo 24:17-18). Esto quiere decir que hay que huir de inmediato cuando esto
se lleve a cabo porque el que espere no podrá escapar. "¡Hay de las que
estén encinta y criando en aquellos días! Orad para que vuestra huida no suceda
en invierno ni en el día de sábado [el pueblo de Dios guarda el día sábado]
(Mateo 24:19-20 Biblia de Jerusalén).
Hay un paralelo histórico de esta caída de Jerusalén y de la
subsiguiente introducción de un objeto de idolatría en el templo. En la época
de Antíoco Epífanes, unos 160 años antes de la venida de Cristo, los griegos
seleucos sacrificaron cerdos sobre el altar de Dios y pusieron en el templo una
estatua de Zeus el principal dios de los griegos. Algo semejante volverá a
ocurrir. Actualmente estamos presenciando la calma que precede a la tormenta.
Si usted hubiera sido uno de los judíos que vivía en Alemania en 1935, y
hubiera tenido conocimiento del destino que le esperaba, ¿No se lo habría
advertido a su pueblo? ¿No habría tomado las medidas necesarias para salvar la
vida de su familia? Si hoy conocemos el futuro ¿no debemos estar atentos a lo
que ocurre en el mundo? El costo de la ignorancia o la negligencia puede ser
muy alto.
Una de las implicaciones de Mateo 24:15 es que volverá a haber
sacrificios de animales sobre un altar que será erigido en el Templo del Monte
en Jerusalén para rendir culto al Dios de Abraham, de Isaac y de Israel. Otra
Escritura que confirma estas cosas dice lo siguiente, "Y desde el tiempo
que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora…"
(Daniel 12:11).
Puesto que la profecía indica que habrá un lugar para los
sacrificios, muchos se preguntan si habrá un gran templo en Jerusalén. Es
importante tener en cuenta la posibilidad de que sólo se construya un altar
como sucedió cuando los judíos regresaron del cautiverio de Babilonia (Esdras
3:2). Debemos velar y estar atentos a las noticias. La profecía señala
claramente que los judíos volverán a ofrecer sacrificios en Jerusalén. Sin
embargo, todavía no es claro si van a reconstruir el templo o van a ofrecer los
sacrificios simplemente sobre un altar. Recordemos la guerra de los seis días.
El pueblo judío puede actuar con gran rapidez y valentía cuando se ve ante la
urgencia de hacer algo.
Desde el momento en que un agresor extranjero interrumpa los
sacrificios diarios que van a ofrecer a Dios (posiblemente el "rey del
norte") y se lleve a cabo la abominación desoladora, "habrá 1290
días" (Daniel 12:11, ver Biblia de Jerusalén). Esta Escritura menciona el
período que habrá después de la abominación desoladora hasta el fin de la
actual civilización cuando regrese Jesucristo a la tierra como Rey de reyes
para instaurar un auténtico nuevo orden mundial, el reino de Dios.
"Bienaventurado el que espere, y llegue a 1335 días".
Luego le dijo Dios a Daniel: "Y tu irás hasta el fin, y reposarás y de
levantarás para recibir tu heredad al fin de los días" (Daniel 12:12-13).
En otras palabras, Dios le dijo a Daniel que no vería el cumplimiento de estas
profecías. Daniel viviría hasta el fin de sus días y moriría sin haber
entendido la profecía que le fue inspirada. Sin embargo, hoy, podemos leer las
palabras de Daniel y entender, si empezamos a caminar con Dios y a estudiar
estas cosas a fondo. Es necesario entender la gravedad del momento histórico en
que nos ha tocado vivir, en la víspera misma del cumplimiento de estas
profecías. Que esto nos motive a escudriñar y a ahondar en el estudio de la
palabra de Dios, y lo que es más importante, a obedecer a Dios en todas las
cosas.
12. El derrumbamiento de los países de habla inglesa, la Gran
Tribulación.
Antes de que Jesucristo retorne a la tierra con gran poder y
gloria para establecer su reino, veremos la decadencia y la futura caída de los
países de habla inglesa en manos de sus enemigos. La terminología que emplea la
Biblia para referirse a este futuro acontecimiento es "la gran
tribulación".
La palabra de Dios nos revela y nos advierte que se acerca el período
más horroroso y aterrador de toda la historia de este planeta. Esos días
espantosos que se avecinan (la gran tribulación) los llama también la Biblia
"angustia de Jacob" (Jeremías 30:7). Será algo tan horrendo que la
destrucción y el genocidio perpetrados en la segunda guerra mundial serán un
pálido reflejo en comparación con lo que va a suceder.
Examinemos entonces las Escrituras que se refieren a esta
dramática alteración de la estructura del poder mundial, porque vendrá de
súbito sobre un mundo desprevenido, como trampa que se dispara de repente de la
cual nadie se escapa. Créanlo o no, muchos si no la mayoría de los que hoy
viven, presenciarán estos cataclísmicos sucesos. "Mas ¡ay de las que estén
encintas, y de las que críen en aquellos días! Porque habrá gran calamidad en
la tierra, e ira sobre este pueblo" (Lucas 21:23). Si entendemos en toda
su amplitud el significado de esta profecía, Jesucristo no se estaba refiriendo
únicamente a los pobladores de la moderna nación de Israel, sino que incluía a
los anglosajones y celtas que junto con los judíos constituyen los
descendientes actuales de las antiguas doce tribus de Israel.
Veamos esta misma profecía en el relato paralelo consignado en
el evangelio de Mateo, "Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la
ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos
días no fuesen acortados, nadie sería salvo [quedaría con vida]; mas por causa
de los escogidos, aquellos días serán acortados" (Mateo 24:21:22).
En otro tiempo no hubiera sido posible exterminar a todo el
género humano. Aun en las pasadas dos guerras mundiales hubo muchos millones de
personas que conservaron su vida en el África, en el Asia, en Australia y en
las Américas. Jesucristo se refirió en esta profecía a un tiempo único en la
historia de la humanidad en que ningún país del mundo podría estar seguro de no
ser totalmente aniquilado. Hoy sabemos que una guerra termonuclear tiene el
potencial de borrar toda vida humana de este planeta.
Después de la construcción de la primera bomba de hidrógeno en
el decenio del 50 las potencias mundiales han multiplicado su capacidad
destructiva hasta el punto en que el arsenal nuclear actual puede matar a los
casi 6000 millones de habitantes que hay hoy en la tierra MULTIPLICADOS POR
VEINTE.
¡Jesucristo se estaba refiriendo a nuestra época! Todas las
legiones romanas de aquellos días no hubieran podido efectuar tan inmensa
matanza.
Veamos ahora lo que dice el profeta Jeremías con referencia a
los tiempos terribles que se avecinan, "Estas, pues, son las palabras que
habló el Eterno acerca de Israel y de Judá [como hemos dicho antes, los
descendientes actuales de Israel son, además de los judíos, los pueblos celtas
y anglosajones]. Porque así ha dicho el Eterno: Hemos oído voz de temblor; de
espanto, y no de paz. Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he
visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de
parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros. ¡Ah, cuán grande es aquel
día! Tanto, que no hay otro semejante a él" (Jeremías 30:4-7). Nunca antes
en la historia humana ha habido tiempo de tribulación como este. En las
palabras que por medio del profeta Jeremías Dios les dirige a los descendientes
actuales de las tribus de Israel la prueba que se avecina se llama "tiempo
de angustia para Jacob" (Jeremías 30:7). El mismo vocablo hebreo que fue
traducido como "angustia" en este versículo, también puede traducirse
como "tribulación".
Será un tiempo de tribulación tal que no habrá otro semejante a
él. No puede haber dos tiempos de tribulación como este. Por lo tanto es la
misma tribulación de la cual hizo mención Jesucristo en Mateo 24:21, en Marcos
13:19 y en Lucas 21:23. Es también la misma "tribulación" o
"prueba" que se menciona en Ezequiel 36, en Daniel 12:1, en
Apocalipsis 3:10 y 7:14. Si ponemos en perspectiva todas las profecías bíblicas
que se refieren a este período es evidente que los primeros en sufrir el
impacto de la "gran tribulación" serán los descendientes contemporáneos
de las doce tribus de Israel, y después de estos, el mundo entero sufrirá los
efectos de aquel terrible tiempo de prueba hasta el punto en que "si no se
acortasen aquellos días, nadie escaparía con vida" (Mateo 24:22, Nueva
Biblia Española).
Los anglosajones de los Estados Unidos, del Reino Unido, Canadá,
Australia, Nueva Zelandia y Sudáfrica son los descendientes contemporáneos de
la tribu de José. José tuvo dos hijos, Efraín y Manasés. Cuando Israel su padre
los bendijo dijo de Manasés "El vendrá a ser un pueblo y será también
engrandecido". Y de su hermano menor Efraín dijo: "Su descendencia
formará multitud de naciones". Existe amplia documentación histórica
basada en estas y en muchas otras profecías bíblicas que demuestran en forma
fehaciente que los Estados Unidos corresponden hoy a la tribu de Manasés y el
reino Unido y los países de la Comunidad de Naciones que mencionamos más arriba
corresponden "a la multitud de naciones" que mencionó Jacob con
respecto a Efraín. No contamos con espacio suficiente en este folleto para
presentar todos los hechos que demuestran el asombroso cumplimiento de estas
profecías. Sin embargo, tenemos el proyecto de poner todos estos datos al
alcance de nuestros lectores de habla hispana en una futura publicación.
Bástenos por ahora recordar el principio bíblico que dice:
"Porque todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al
que mucho se le haya confiado, más se le pedirá" (Lucas 12:48). Durante
los últimos 200 años los países anglosajones han contado con inmensas riquezas
y poderío. Mas al igual que los imperios del pasado, estos países están
llegando a un grave estado de degeneración moral que exportan a todo el mundo
en forma de pornografía, música, y espectáculos cinematográficos que promueven
toda suerte de perversión moral.
Con todo, gran parte de la población, sobre todo en Estados
Unidos, dice creer en Dios. En este caso se aplica lo que dice en Marcos 7:6-7:
"Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías como está escrito: Este
pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí, pues en vano me
honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres".
Hay muchas profecías que declaran lo que les acontecerá a los
pueblos anglosajones en el tiempo del fin si no se arrepienten de su obstinada
desobediencia a los mandamientos de Dios.
La profecía clave del Antiguo Testamento
En el capítulo 26 del libro del Levítico se encuentra una
profecía fundamental y de gran significado para nuestra época. Cuando uno
comprende la identidad actual de los descendientes de las tribus de Israel este
capítulo adquiere un dramático significado.
Debemos estar atentos al cumplimiento de las profecías que
anuncian la decadencia de Estados Unidos y Gran Bretaña, en lo que se refiere a
poder y prestigio nacionales antes de que sus ciudades sean totalmente
demolidas en un futuro capítulo de la tercera guerra mundial, la cual será la
más devastadora de toda la historia del género humano.
Los problemas se irán agravando y veremos cómo estas cosas se
irán cumpliendo ante nuestros ojos. La decadencia de los Estados unidos y de
los países de habla inglesa, la humillación de su poderío, y finalmente la
devastación de estos países, ocurrirá con absoluta certeza a no ser que se
arrepientan y se vuelvan con todo su corazón a su Creador, al verdadero Dios de
la Biblia.
Dios declara lo siguiente con respecto a la gran tribulación:
"Si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos, y si
desdeñareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no
ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto, yo también haré con
vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que
consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra semilla,
porque vuestros enemigos la comerán. Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis
heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de
vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga" (Levítico 26:14-17). El
Dios Omnipotente declara el castigo que traerá sobre estas naciones si
continúan empeñadas en transgredir sus mandamientos.
El presidente Nixon señala la falta de determinación de los
Estados Unidos
Estados Unidos
En una obra de gran perspicacia titulada La Verdadera Guerra, el
ya fallecido ex presidente Richard Nixon muestra que los Estados Unidos tienen
el poder pero han perdido la determinación. Nixon escribe: "El mal de los
Estados Unidos no es en sí mismo una enfermedad mortal, sino una especie de
parálisis que puede llegar a ser mortal si no se le da el tratamiento adecuado.
Juntamente con nuestros aliados del mundo occidental, tenemos la capacidad de
sobrevivir, de prosperar y de hacer frente a las amenazas que con renovada
fuerza están poniendo en peligro nuestra seguridad. Sin embargo, la pregunta es
si vamos a utilizar esa capacidad".
¿Han perdido la determinación para utilizar el gran poder que
les ha sido dado ejercer en el ámbito mundial? La conducta indecisa de los
Estados Unidos en Haití, en Bosnia y en Somalia constituye un peligroso
precedente. El poder se le está escapando de las manos. La proliferación de las
armas nucleares y de otros armamentos ultramodernos hacen cada vez más costosa
y difícil para Estados Unidos la tarea de ejercer su voluntad sin costos
"inaceptables".
El dominio se está escapando de las manos de los Estados Unidos
y es una tendencia que continuará acelerando con el tiempo. Si bien es una
nación que aún dispone de gran poderío ya no tiene la habilidad, la confianza y
la visión para emplearlo.
El ex presidente Nixon agrega lo siguiente al respecto: "La
falta de determinación de parte de los Estados Unidos en los últimos años es en
cierta medida la fatiga que produce el haber llevado la carga del liderazgo
mundial durante casi 40 años. A esto también se suman los traumas de Vietnam y
Watergate. Pero lo que más ha contribuido es que aquellos que pretenden ser los
guardianes de nuestros ideales se han convertido en los artífices de nuestra
retirada" (La Verdadera Guerra).
Continuando ahora en el capítulo 26 del Levítico, Dios dice,
"Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a castigaros siete
veces más por vuestros pecados. Y quebrantaré la soberbia de vuestro
orgullo" (Levítico 26: 18-19).
Estos países serán quebrantados y humillados. Estas son cosas
que ya estamos presenciando. Si estamos atentos a las noticias, veremos los
graves problemas que asedian a los Estados Unidos y a los países de habla
inglesa. Uno de ellos es una deuda nacional que no logran controlar.
Los capítulos 26 del libro del Levítico y 28 del Deuteronomio
constituyen poderosas advertencias proféticas para hoy, porque Dios no cambia
(Malaquías 3:6, Hebreos 13:8). Dios promete bendecir a las personas y a las
naciones que le obedecen. Mas a quienes se obstinan en infringir sus
mandamientos dice "Maldito serás tu en la ciudad" (Deuteronomio
28:16). ¿Están bajo maldición las ciudades? En Estados Unidos, (y en muchos
países del mundo) son muchas las personas que temen salir de sus casas de
noche. Los ancianos y las mujeres especialmente, corren gran peligro. Los
delincuentes andan libres por la calle, y los ciudadanos están presos en sus
casas.
La desobediencia de las naciones que han gozado de gran
abundancia material acarreará maldición sobre su producción de alimentos,
maldición de la vida matrimonial, y maldición sobre los programas y proyectos
que emprendan a nivel nacional porque se han apartado más y más de las leyes
del Gran Dios de los Cielos.
La decadencia moral de estos países se hace manifiesta en el
aumento del crimen, la violencia, la infidelidad conyugal, las perversiones
sexuales, la mentira, el engaño, el robo y todo mal imaginable que Dios
abomina. El egoísmo y decadencia del "modo de vida moderno" basado en
el egocentrismo, el orgullo y la vanidad, están carcomiendo la estructura que
ha facilitado la prosperidad de estos países.
Los países anglosajones con sus grandes riquezas materiales se
han alejado más y más de Dios. Las normas de la buena conducta moral se están
desvaneciendo en la sociedad. Se han multiplicado las perversiones sociales, la
mentira, el robo y el homicidio. Dios castigará a estos países por su propio
bien así como un padre castiga al hijo a quien ama (Hebreos 12:6).
Dice además la profecía: "El Eterno traerá contra ti una
nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele como águila, nación cuya
lengua no entiendas; gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano,
ni perdonará al niño" (Deuteronomio 28:49-50). En otras palabras, los
países de habla inglesa, los judíos, y los habitantes de los países del
noroeste europeo, a saber Suiza, el norte de Francia, Bélgica, Luxemburgo,
Holanda, Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia, los descendientes
actuales de las doce tribus de Israel, serán llevados en terrible cautiverio.
Como dice en Deuteronomio 28:48, servirás… a tus enemigos… con falta de todas
las cosas; y él [Dios] pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta
destruirte". La Escritura es muy clara, estos pueblos será hechos
esclavos. El holocausto de la segunda guerra mundial será un pálido reflejo en
comparación.
Es interesante mirar esta profecía desde el punto de vista de
los Estados Unidos, país que en las pasadas dos guerras mundiales, al igual que
Inglaterra no fue invadido por sus enemigos. Mas como dice la Escritura: "El
Eterno traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que
vuele como águila, nación cuya lengua no entiendas; gente fiera de rostro que
no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño". Hay tres naciones en
el mundo que utilizan el águila como símbolo. Una de ellas es los Estados
Unidos, la otra es Rusia, y la tercera es Alemania. El enemigo que va a invadir
a los Estados Unidos y a Inglaterra en esta ocasión será rápido como el águila,
y hablará un idioma diferente. Será también gente "fiera de rostro".
Lo cual significa un pueblo guerrero.
Dios predice además que esta nación "pondrá sitio a todas
tus ciudades" (Deuteronomio 28:52), y el hambre será tal en medio del
pueblo que sufrirá el asedio enemigo, que en su desespero recurrirán al
canibalismo (Deuteronomio 28:53).
Por increíble que parezca, los anglosajones y los países que
mencionamos más arriba serán convertidos en esclavos por una gran potencia que
está ahora en cierne en Europa.
Dios promete librar al remanente de estos pueblos
En su palabra Dios declara que ha de humillar y de corregir a
estos pueblos, pero también promete librarlos de todas sus angustias, cuando
aprendan verdaderamente la lección y se aparten de todas sus abominaciones.
En el libro del profeta Daniel leemos lo siguiente acerca de
todas estas cosas: "En aquel tiempo se levantará Miguel [un poderoso
arcángel] el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será
tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces".
Es evidente que el "pueblo" de Daniel comprende no sólo a los judíos
sino a los demás descendientes de las tribus de Israel.
"Pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los
que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de
la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y
confusión perpetua" (Daniel 12:1-2).
El acontecimiento al cual Daniel se refiere es inconfundible. Se
trata de la resurrección de los santos a la inmortalidad, la cual ocurrirá al
sonido de la séptima trompeta cuando Jesucristo regrese a la tierra acompañado
de sus ángeles, para establecer el reino de Dios y gobernar durante 1000 años
(1 Corintios 15:1, 1 Tesalonicenses 4, Apocalipsis 20). Daniel no está hablando
de algo que habría de suceder por allá en la edad media. Esta profecía acerca
de la gran tribulación nos sitúa en los umbrales mismos del glorioso retorno de
Jesucristo a la tierra al final de esta era (Mateo 24:21-30).
Como lo revela la profecía que acabamos de citar, el Dios Omnipotente
le dará la orden a Miguel, uno de sus poderosos arcángeles, quien está de parte
de los hijos de Israel, un pueblo que habrá sido reducido a la esclavitud y
dispersado por todas las naciones del mundo.
Dios da a conocer esta futura y milagrosa liberación en el
capítulo 30 del libro de Jeremías, "Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas,
dice el Eterno ni te atemorices, Israel: porque he aquí que yo soy el que te
salvo de lejos a ti y a tu descendencia de la tierra de cautividad; y Jacob
volverá, descansará y vivirá tranquilo, y no habrá quien le espante. Porque yo
estoy contigo para salvarte, dice el Eterno, y destruiré a todas las naciones
entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré
con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo" (Jeremías
30:10-11).
En los demás versículos de este capítulo y en el capítulo 31 del
mismo libro Dios explica las bendiciones que derramará sobre su pueblo una vez
que hayan aprendido la lección, "Y saldrá de ellos acción de gracias, y
voz de nación que está de regocijo, y los multiplicaré, y no serán disminuidos;
los multiplicaré y no serán menoscabados" (Jeremías 30:19).
¿Cuál será el último estado de los pueblos israelitas una vez
que Dios los libre del cautiverio y del yugo de su cruel opresor? "Oíd
palabra del Eterno, o naciones, y hacedlo saber en las costas que están lejos,
y decid: El que esparció a Israel lo reunirá y guardará, como el pastor a su
rebaño. Porque el Eterno redimió a Jacob, lo redimió de mano del más fuerte que
él. Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien del
Eterno, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas, y de las vacas;
y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor. Entonces la
virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré
su lloro en gozo, y los consolaré y los alegraré de su dolor. Y el alma del
sacerdote satisfaré con abundancia, y mi pueblo será saciado de mi bien, dice
el Eterno" (Jeremías 31: 10-14).
Desafortunadamente, las malas noticias que predice la palabra de
Dios acerca del espantoso tiempo de tribulación, que se abatirá de repente
sobre un mundo desprevenido, deben ocurrir primero. Que doloroso es el ver que
la gente no escucha, ni se arrepiente ni busca a Dios. Ese tiempo que se
avecina será el peor período de tribulación de toda la historia del mundo
(Mateo 24:21, Jeremías 30:7, Daniel 12:1).
Sin embargo, la maravillosa noticia sobre lo que nos espera más
allá de todos estos sucesos es que Jesucristo regresará a la tierra para
instaurar un gobierno mundial que desplazará a todos los gobiernos humanos del
mundo (Apocalipsis 11:15-18, 19:11-21). Después, Jesucristo quitará de en medio
a Satanás, para que no engañe más a las naciones (Apocalipsis 20:1-3), y una vez
que a Satanás le haya sido quitado el poder que ejerce sobre las naciones,
Jesucristo instaurará el reino de Dios sobre un mundo devastado por la guerra
(Isaías 11:1-9, Apocalipsis 20:1-4).
El profeta Daniel proclamó también las buenas noticias del futuro
establecimiento del reino de Dios en la tierra, "Y en los días de estos
reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será
el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos,
pero él permanecerá para siempre" (Daniel 2:44).
Más adelante, Daniel agrega lo siguiente, "…el reino, y el
dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo
de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le
servirán y obedecerán" (Daniel 7:27).
En aquel entonces, las naciones del mundo ya habrán pasado por
la gran tribulación, y se cumplirá lo que todos los profetas anunciaron, el
establecimiento del reino de Dios para gobernar a todas las naciones, y traer
paz, prosperidad, salud y felicidad a todos los pueblos.
13. Las señales celestes y el día del Señor
Después de la gran tribulación, habrá dramáticas señales en los
astros que todos podrán ver desde la tierra. "E inmediatamente después de
la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá y la luna no dará su
resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos
serán conmovidas" (Mateo 24:29).
¡Dios va a intervenir en los asuntos humanos! Intervendrá
también en la naturaleza para mostrarle a esta generación que Dios
verdaderamente existe.
Veamos lo que dice en Apocalipsis 6:12-13: "Miré cuando
abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro
como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del
cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es
sacudida por un fuerte viento".
Será un impresionante crescendo que culminará con el retorno de
Cristo. Será como un gigantesco despliegue de fuegos artificiales en el cielo
nocturno que anunciará la transición de la gran tribulación a la
intensificación del castigo directo de Dios sobre las naciones del mundo que no
se hayan arrepentido y se muestren desafiantes y rebeldes hacia su Creador.
Veamos lo que dice el versículo 17, "Porque el gran día de su ira ha
llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?"
Los seis sellos del sexto capítulo del Apocalipsis nos presentan
el mismo panorama profético que Jesucristo describió refiriéndose al tiempo del
fin. A medida que se abren los sellos vemos aparecer, falsos profetas; luego
guerras; después pestes y hambres; el quinto sello corresponde a la gran
tribulación (la cual incluye el martirio de los santos). El sexto sello
corresponde a las señales celestes. Joel 2:31 confirma también que las señales
celestes ocurrirán antes del día grande y terrible del Eterno. "El sol se
convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y
espantoso del Eterno" (Joel 2:31). Ya vimos en Mateo 24 que las señales
celestes vienen después de la gran tribulación. ¿Qué queda faltando entonces
para que el reino de Dios pueda ser plenamente establecido?
14. Las siete últimas plagas
Después de que fueron abiertos los seis sellos del capítulo seis
del Apocalipsis, leemos lo siguiente: "Porque el gran día de su ira ha
llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?" (Apocalipsis 6:17).
Luego, en el capítulo 7 se menciona la protección de los 144.000
y de la gran multitud. El capítulo 8 describe la apertura del séptimo sello, a
saber, el castigo divino sobre un mundo rebelde. Este último sello comprende
siete trompetas que corresponden a las siete últimas plagas descritas en los
capítulos 8 y 9 del Apocalipsis.
Finalmente, en Apocalipsis 11:15, suena la famosa "última
trompeta" que anuncia el retorno de Jesucristo con poder y gloria, y la
resurrección de los santos. No obstante, las naciones engañadas blasfemarán y
pelearán contra su Creador (Apocalipsis 16:21, 17:14).
Entonces, los siete ángeles derraman sobre la tierra "las
siete plagas" (Apocalipsis 15:8) "las cuales son las siete copas de
la ira de Dios" (Apocalipsis 16:1). Es muy importante estudiar cuidadosamente
todo el capítulo 16; estas plagas van a ser sencillamente, aterradoras.
Sin embargo, aun en este caso, Dios, que castiga a todo hijo a
quien ama (Hebreos 12:5-6), se vale de estas plagas para hacer que los hombres
se arrepientan. Al leer estos pasajes vemos que toda montaña, toda isla, y las
ciudades de las naciones serán violentamente sacudidas. La humanidad vil y
endurecida no tendrá nada más a qué aferrarse en este mundo. La humanidad
finalmente entenderá que no es nada en comparación con el Gran Dios Creador del
Universo.
Millones y millones de personas se identificarán por fin con las
palabras de Job, "De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por
tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza" (Job 42:5-6). La
humanidad experimentará como nunca antes lo que es el verdadero arrepentimiento
y estará dispuesta a escuchar la verdad, a escuchar a los verdaderos ministros
de Dios y a obedecer a su Creador.
Entonces comprenderán verdaderamente estas palabras de Dios
consignadas por el profeta Isaías, "Porque así dijo el alto y Sublime, el
que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la
santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el
espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
Porque no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería
ante mi el espíritu, y las almas que yo he creado" (Isaías 57:15-16).
Finalmente, el corazón de los seres humanos en general, se habrá
hecho humilde; entonces estarán dispuestos a aprender. Se someterán al Cristo
viviente y a los santos resucitados que estarán con él para regir toda la
tierra en el mundo venidero. Aquel gobierno mundial que establecerá Jesucristo
será el reino de Dios el cual regirá concretamente el destino de las naciones
el mundo.
¿Qué nos depará el futuro?
¿Qué ocurrirá entonces? Si los países del mundo no se
arrepienten profundamente de haber transgredido las leyes de Dios, grave
castigo les depara el futuro. ¿Despertarán los predicadores religiosos para
instar al arrepentimiento y a la obediencia a las leyes de Dios?
¿Se volverán los dirigentes del mundo hacia el Creador con
corazón sincero, para hacer de Dios y de su camino el fundamento de la vida
nacional? ¿Empezarán los educadores, los sicólogos y los sociólogos a basar sus
conceptos en el fundamento eterno de la palabra de Dios? ¿Qué opina el lector?
La respuesta parece ser obvia. El ser humano no está todavía dispuesto a
cambiar.
Aún se levantarán muchas voces en el mundo que dirán no se
preocupen, nada grave va a ocurrir, todo va a salir bien. Los escépticos dirán
que los predicadores del fin del mundo siempre abundan cuando un siglo toca a
su fin. "Negaron al Eterno, y dijeron: Él no es, y no vendrá mal sobre
nosotros, ni veremos espada ni hambre" (Jeremías 5:12).
Dios nos advierte claramente que habrá cínicos y escépticos que
contradecirán y pondrán en ridículo la advertencia que Dios hace por medio de
sus siervos, "Amados, esta es la segunda carta que os escribo… para que
tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos
profetas… sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores,
andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa
de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las
cosas permanecen así como desde el principio de la creación" (2 Pedro
3:1-4).
La gran tribulación vendrá primeramente en todo su furor sobre
los descendientes de las doce tribus de Israel. Sin embargo, las copas de la
ira de Dios (Apocalipsis 16) serán derramadas sobre todas las naciones del
mundo que no se hayan arrepentido. Nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos
está en juego.
Hay un Dios real y verdadero que tiene dominio sobre todas las
cosas. Él reina sobre los hombres y sobre las naciones de manera mucho más
directa y profunda de lo que alcanzamos a imaginar. Veamos por un momento las
palabras que dirigió el profeta Daniel al rey Nabucodonosor: "Con el rocío
del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas
que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien
él quiere" (Daniel 4:25). Dios concede posición y autoridad a quien las
quiera dar. "Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos
son el poder y la sabiduría. Él muda los tiempos y las edades; quita reyes y
pone reyes" (Daniel 2:20). Dios tiene dominio sobre los gobiernos del
mundo y cuando quiere determina el resultado de las elecciones, el ascenso al
trono de los reyes y monarcas, y la toma del poder de los dictadores en los
diferentes países del mundo. Debemos tener fe en el poder de Dios. En el Dios
Eterno y Verdadero que rige todas las cosas, y que interviene aun en el sistema
pervertido de este mundo cuando lo juzga necesario para llevar a cabo su
designio.
Prestemos entonces atención a lo que Dios dice con respecto a la
sociedad en que vivimos y al futuro que se avecina. "Mirad también por
vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y
embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros
aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz
de toda la tierra" (Lucas 21:34-35). Los habitantes del mundo quedarán
atrapados como un animal en una trampa que de repente se desata. Esto les
acontecerá a los que estén desprevenidos o engañados.
Aun si las naciones del mundo no se arrepienten todavía, usted
como persona puede cambiar y recibir perdón y protección durante la gran
tribulación que se avecina. Jesucristo mismo nos ofrece esa garantía. Solicite
nuestro folleto gratuito que lleva como título ¿Qué es un verdadero cristiano?
En éste último se explica en mayor detalle todo lo que es necesario hacer.
Jesús nos ordena velar. El lector deberá buscar y confirmar en
la Biblia todo lo que se dice en este folleto para que pueda entender con
claridad. Los que buscan a Dios con un corazón sincero y estudian la Biblia con
una mente abierta van a entender cuando estas cosas ocurran, porque estarán
enterados de las señales mediante el estudio y la vigilancia tal como Jesús lo
ordenó.
Debemos entonces estar atentos a estos acontecimientos, orando
para que Dios nos ayude a someter nuestra vida a él y a su Hijo Jesucristo, y
que lo aceptemos como nuestro Salvador, como nuestro Jefe, nuestro Señor,
nuestro Maestro y Sumo Sacerdote, nuestro Rey venidero. Entre tanto, mediante
la presencia del Espíritu Santo en nosotros guardaremos los mandamientos de
Dios y haremos todo aquello que es agradable a sus ojos (I Juan 3:22). Así empezaremos
a caminar con el Dios que nos da la vida y el aire que respiramos y estaremos
verdaderamente preparados para la segunda venida de Jesucristo.
Usted, amigo lector, puede llegar a estar sumamente consciente
de la realidad mundial y alcanzar un profundo contacto con Dios mediante la
oración, el estudio diligente de la Biblia y la vigilancia sobre la marcha de
los sucesos en el mundo. Pídale a Dios ayuda en ferviente oración. Pídale que
lo guíe y le dé fortaleza para hacer el bien. Pídale que lo libre a usted y a
su familia de los años turbulentos que se avecinan. Es hora de buscar a Dios de
todo corazón y de empezar a obedecer sus mandamientos. Usted puede aceptar al
verdadero Jesucristo como su Salvador personal y someterse a él para que él
more en usted por medio de su Espíritu.
Si usted busca sinceramente a Dios y cree en el evangelio que
Jesucristo predicó, entonces sabrá qué es lo que Dios espera de usted.
Hágalo y él enriquecerá su vida con entendimiento y propósito;
le dará el don de la vida eterna en su reino que está pronto a ser instaurado
en la tierra (Juan 3:16) y lo librará de la futura catástrofe mundial que Jesús
tan vívidamente describió.
Pongamos entonces en práctica las instrucciones de Jesucristo,
"Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de
escapar de estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del
Hijo del Hombre" (Lucas 21:36).
Hijo del Hombre" (Lucas 21:36).
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